Guillermo Deisler; poeta visual chileno.

viernes, 15 de junio de 2012

Género Dramático



En la literatura existen tres grandes géneros literarios: El género Lírico, el Narrativo y el Dramático. La obra literaria participa dentro de un proceso de comunicación donde el escritor es el emisor, la obra es el mensaje y los lectores los receptores. Para tal efecto, a cada uno de los tres géneros literarios le corresponde entonces una función del lenguaje: El género Lírico trabaja con la función Emotiva, el género Narrativo con la función Referencial, y el género Dramático con la función Apelativa. En el caso del género Dramático, esto significa que la obra dramática está siempre interpelando al espectador, ya sea para motivar una acción, una reflexión o una emoción.

Las obras pertenecientes a este género están destinadas a ser representadas en un escenario frente a un público, por lo tanto, desde un punto de vista formal, deben contener todos aquellos elementos necesarios (indicaciones) para su representación. No confundir la obra dramática con la obra teatral. La obra dramática es el texto bruto, el guión a representar, mientras que la obra teatral es el guión representado en un escenario frente a un público por medio de actores y elementos escenográficos. Sin embargo, pese a ser distintos, al momento de leer el lector o receptor una obra dramática, existe una habilidad que se llama virtualidad teatral, la cual consiste en la capacidad del lector de imaginarse la obra dramática como una obra teatral.

Una obra dramática puede ser abordada desde dos puntos de vista: Su organización interna y su organización externa.

Desde lo interno podemos apreciar fundamentalmente la existencia de una acción situada en un tiempo y un espacio determinado. Dicha acción debe consistir en un enfrentamiento entre dos fuerzas opuestas encarnadas por la figura del protagonista y la del antagonista,  que generan un conflicto por resolver. Cabe destacar que no siempre el antagonista es un personaje: En Edipo Rey de Sófocles por ejemplo, el antagonista de Edipo no es un personaje sino una abstracción, un concepto llamado destino.

Por otra parte, el conflicto en la obra dramática también consta de una organización. Comienza con la presentación del conflicto, donde los protagonistas aparecen en escena mostrado su situación inicial en cuanto al estado del ser. La presentación del conflicto culmina cuando aparece el primer punto de inflección o momento de la trama dónde surge el problema a resolver. Luego viene el desarrollo del conflicto, que consiste en el grueso de la obra, donde las voluntades del protagonista y el antagonista se enfrentan, y finalmente viene el clímax y resolución del conflicto. El clímax corresponde al momento de máxima tensión de la obra, justo antes que el conflicto vaya a resolverse, mientras que la resolución del conflicto corresponde al resultado de la lucha entre el protagonista y el antagonista, arrojando generalmente a un vencedor y a un vencido.

Desde lo externo es posible distinguir una organización de los tipos de discurso, y de las divisiones formales del texto dramático. En relación al discurso existen distintos tipos: el diálogo, el monólogo, el aparte y las acotaciones son ejemplos claros.

Diálogo: Conversación sostenida por dos o más personajes. En la obra dramática, el diálogo es precedido por el nombre del personaje que lo enuncia.

Monólogo: Reflexión realizada por un personaje que no espera respuesta.

Aparte: Parte del diálogo dirigida al espectador y que se ha de suponer no oye el resto de los personajes.

Acotación: Son instrucciones par ala puesta en escena de la obra. Existen dos tipos, aquellas acotaciones que van al comienzo de un acto, a modo de introducción, especificando como debe ser el lugar, la posición de los personajes, etc, y por otro lado, están las acotaciones que van intercaladas en el diálogo de los personajes, dando instrucciones de gestos, movimientos, tonos, gesticulaciones que deben realizar los personajes mientras dicen su parlamento. Las acotaciones que van en paréntesis son las del segundo, que van en medio del diálogo.

En relación a las divisiones formales del texto dramático, nos encontramos con tres unidades: El acto, la escena y el cuadro.

Acto: corresponde a cada una de las partes en las que se divide la totalidad de la obra, generalmente, cada uno desarrolla un aspecto del conflicto, configurando la trama de manera gradual.

Escena: Corresponde a distintos periodos de la acción dramática que están marcados por la entrada o salida de uno o más personajes.

Cuadro: Se relaciona con la ambientación física o escenográfica. Los cambios escenográficos señalan los distintos cuadros.














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